Duele, duele, duele
como duele
esta lágrima
camino los labios
surcando las mejillas.
como duele
esta lágrima
camino los labios
surcando las mejillas.
Duele como la caliente sangre
que dentro de esta piel helada
se dedica a correr
y arde sin cesar
en este mundo de mentira
que me desposee.
que dentro de esta piel helada
se dedica a correr
y arde sin cesar
en este mundo de mentira
que me desposee.
Duele, duele, duele
y me veo vestida de rojo
en medio del mundo
que me mira fijamente
Locamente,
sin caras a mí alrededor.
Oh dios,
la vida
me lanza
escaleras abajo
del olvido
y
el tiempo
de esta vida
que encendida
convierte
en cenizas
mi pecho
dejando llorar a
mi frágil corazón.
y me veo vestida de rojo
en medio del mundo
que me mira fijamente
Locamente,
sin caras a mí alrededor.
Oh dios,
la vida
me lanza
escaleras abajo
del olvido
y
el tiempo
de esta vida
que encendida
convierte
en cenizas
mi pecho
dejando llorar a
mi frágil corazón.
Duele, duele, duele
como la canción cantada
en la más negra noche
y la lágrima
que eterna hiere
el lienzo entero de un alma.
Me encanta tu poema Anaïs. De verdad que tienes talento para escribir poesía. ¡Sigue así!
ResponderEliminarUn saludo,
Íñigo Ovejero, un poeta adolescente
¡Y qué suerte poder plasmar ese dolor, mayor o menor, en el poema! Hacer de lo malo bueno, abrir la herida y limpiarla.
ResponderEliminarUn beso!
Siento que cada una de tus letras duele, y las pausas, desgarran. Y aunque duela, lograr eso, es una heroicidad.
ResponderEliminarUn besito (de los que no duelen) :)