Me gustaría
enroscarme por tu cuerpo
averiguar el músculo donde se sitúa
el olvido
descubrir en qué hueso
se intuye la edad
y el sentimiento hueco.
Me gustaría entender
qué te llevo a olvidarme
a hacer de nuevo un universo
de flores secas,
de muchachas tristes
lejos
de
mí.
Me gustaría hundir
estas metáforas
en el mar de los recuerdos
y descubrir
que el horizonte es sólo un lugar
donde cumplir sueños.
Me gustaría
no haberte recordado
pero sí eres parte de mi vida
eres mi historia
y soy fiel
a mis fracasos
y alegre
vencedora
de toda la tristeza
en que puede sumirme
la derrota.
Ahora,
sólo me pienso haciendo
de la vida
un seguimiento de acciones,
y los cuadros del salón
parecen cobrar vida
y el agua
venir hacia mí.
Descubrirme en la cama
llena de la vida
que me espera fuera
y de la vida
que corre en mí.
Hoy,
la naturaleza
goza de la voz más poderosa
y no espera,
sólo desespera
y me dice
que hay un universo
para mí,
un barco que solo puedo construir yo
y que
precisamente
no me llevará hacia ti;
sino hacia mí misma
a lo que
fui,
seré,
soy.
A lo que perdí por pensar
a lo que gano por alejarme
y echar a andar.
Ya no eres nadie para mí
por eso no hace falta olvidar.
Oh, triste recuerdo
prendido de oscuridad,
que te tambaleas
sobre la inmensidad.
Mira mis pupilas dilatadas
que sueñan planetas bajo el mar
y en su color lejano
ya no consiguen recordar.
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