Mis ojos recogen
naufragios
de las tormentas tropicales
que encierras en las manos.
Tú no sabes reconocer pérdida y vacío
cuando se entrelazan en un estómago hecho nudos.
Tampoco conoces el vértigo de una soledad impuesta
y la inquietud que me rompe el sueño.
Todo es un desorden
un noria rota
de la que escapa lo que alguna vez se tuvo
y se inunda con lo que nunca se quiso tener.
Me gustaría saber
en qué precipicio me deje caer
aquella noche de luna cobre y ámbar
encerrada en jarrones blancos.
Su luz me adormeció el paso
y evaporó todo hogar.
No sé dónde arrodillarme
pues no sé dónde voy.
Se hunde entre mis manos
un mundo con corazón de papel.
de las tormentas tropicales
que encierras en las manos.
Tú no sabes reconocer pérdida y vacío
cuando se entrelazan en un estómago hecho nudos.
Tampoco conoces el vértigo de una soledad impuesta
y la inquietud que me rompe el sueño.
Todo es un desorden
un noria rota
de la que escapa lo que alguna vez se tuvo
y se inunda con lo que nunca se quiso tener.
Me gustaría saber
en qué precipicio me deje caer
aquella noche de luna cobre y ámbar
encerrada en jarrones blancos.
Su luz me adormeció el paso
y evaporó todo hogar.
No sé dónde arrodillarme
pues no sé dónde voy.
Se hunde entre mis manos
un mundo con corazón de papel.
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